Fatiga
Insuficiencia cardiaca: cinco preguntas con respuesta
50 españoles fallecen a diario debido a la insuficiencia cardiaca. La incidencia de esta enfermedad ha aumentado sensiblemente en los últimos 10 años. Hay que decir que se han conseguido grandes logros en la supervivencia gracias a los avances de la medicina y en el hincapié que hacemos los cardiólogos en la prevención primaria.
Es una enfermedad que afecta en torno al 7% de la población de más de 45 años, y por encima del 20% en aquellos pacientes mayores de 80 años. Voy a describirles con un lenguaje coloquial a qué nos enfrentamos y qué armas terapéuticas tenemos para hacerle frente a esta enfermedad.
¿Qué es la insuficiencia cardiaca?
Para que Uds. lo entiendan, esta situación se da cuando el corazón no tiene la suficiente fuerza para bombear la sangre con la cantidad suficiente como para suplir las necesidades de oxígeno de todos los órganos del cuerpo humano.
La llamaremos insuficiencia cardiaca sistólica, cuando el corazón es incapaz de contraerse de manera adecuada para bombear la cantidad de sangre que el organismo necesita tanto si estamos en reposo o si estamos realizando un ejercicio.
Por otro lado, tenemos la insuficiencia cardiaca diastólica, y este caso el corazón tiene una gran dificultad para relajarse y en consecuencia rellenarse con el suficiente volumen de sangre. Y por último, existe una forma que combina ambas modalidades (sistolica /diastólica).
¿Por qué se produce insuficiencia cardiaca?
En los países desarrollados las causas más frecuentes de esta enfermedad son la hipertensión arterial, el infarto agudo de miocardio, la angina de pecho, las enfermedades de las válvulas del corazón (valvulopatías) y las enfermedades propias del músculo del corazón (miocardiopatías) y del pericardio (la bolsa que envuelve al corazón).
En aquellos países que están en vías de desarrollo, son las causas infecciosas las principales desencadenantes de insuficiencia cardiaca.
¿Qué síntomas tiene?
Todos los días entran por la puerta de mi consulta pacientes quejándose de “falta de aire” o de “cansancio extenuante” con el mínimo ejercicio físico. Doctor “no tengo fuerza para nada”. “Ya no tengo el fuelle de antes”. “Me canso por todo”.
Podemos resumir los principales síntomas en la lista que les describo a continuación:
- Fatiga respiratoria con el ejercicio o en reposo. También llamada Disnea.
- Ortopnea (dificultad respiratoria al estar tumbado). Me falta el aire cuando estoy tumbado en la cama y necesito 2 ó 3 almohadas para poder dormir.
- Falta de fuerza generalizada.
- Palidez de piel y de mucosas. Se produce por la mala circulación y anemia.
- Edemas (hinchazón) en los pies y en los tobillos. Una prueba que pueden hacer uds. mismos es ver que dejan huella cuando presionan con el dedo.
- Flatulencia, digestiones pesadas, hígado congestivo, hinchazón de abdomen (ascites).
- Anormal aumento de peso debido a la retención de líquidos.
- Disminución del volumen de orina. Orinan poco.
¿Pero esto se puede tratar?
Nos tenemos que centrar en tratar la causa que ha desencadenado la aparición de la insuficiencia cardiaca.
Si la causa se debe a una obstrucción de las arterias coronarias con la consiguiente falta de riego, realizaremos una revascularización con angioplastia o bypass.
A esto se unen dos factores de vital importancia. Por un lado, es fundamental que el paciente siga el tratamiento farmacológico indicado por el cardiólogo, así como controlar el peso. Y nos cansamos de decir a nuestros pacientes que deben de seguir una dieta baja en sal y controlar la ingesta de líquidos.
En aquellos casos que sea necesario se implantará un dispositivo como Resincronizadores de la Contracción Ventricular (TRC) o Desfibriladores Automáticos Implantables (DAI). Si aún así no se observa mejoría en la situación clínica del paciente, la opción pasaría por el trasplante cardiaco.
¿Se puede prevenir?
Por supuesto. La prevención se basa en un estilo de vida saludable. Hay que comer de manera equilibrada, con poca sal y controlando el consumo de azúcar. Hay que hacer ejercicio diario con una intensidad moderada. Abandonar el tabaco.
Y otro de los grandes pilares son la prevención de los factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión, niveles de colesterol alto, la diabetes, el sobrepeso. De esta manera contribuimos al cuidado de nuestra salud cardiovascular.
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