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7 julio, 2020 Dudas

La cardiopatía isquémica es la enfermedad provocada por la arteriosclerosis de las arterias coronarias, es decir, las que se encargan de proporcionar sangre al músculo cardiaco (miocardio). La arteriosclerosis coronaria es un proceso lento de formación de colágeno, acumulación de grasas y células inflamatorias (linfocitos). Estos tres procesos provocan el estrechamiento (estenosis) de las arterias coronarias. 

El proceso empieza desde los primeros años de vida, pero no presenta síntomas hasta que el estrechamiento de la arteria coronaria se hace tan grave que causa un desajuste entre el aporte de oxígeno al miocardio y sus necesidades. 

Existen ciertas asociaciones que nos permiten predecir que unas personas tienen más predisposición que otras a padecer un infarto de miocardio. De ahí se deriva el concepto de «factores de riesgo».

Por tanto, los factores de riesgo cardiovascular están ligados con características personales, estilo de vida o problemas de salud de cada persona que pueden dañar las arterias y causar arteriosclerosis. Algunos de estos factores no se pueden modificar, como la edad o el sexo, pero hay que prestar una atención especial a la prevención y control del resto de ellos. 

 

Mayor número de factores de riesgo, más probabilidades de enfermar

El abordaje a los factores de riesgo de la cardiopatía isquémica debe basarse no en uno en concreto, sino en la modificación del perfil de riesgo mediante una estrategia combinada que, en definitiva, suponga un cambio en las rutinas y en el estilo de vida.

La presencia de los principales factores de riesgo no significa que se vaya a padecer de forma inexorable una enfermedad coronaria, así como la ausencia de ellos no es garantía de inmunidad; pero sí es cierto que a mayor número de factores de riesgo, más probabilidades hay de enfermar.  En cualquier caso, si se modifican los factores de riesgo, se puede reducir la posibilidad de infarto.

 

Factores de riesgo de cardiopatía isquémica

Los factores de riesgo para la cardiopatía isquémica, en concreto, y la enfermedad vascular, en general, son:

  • Edad. El riesgo de sufrir un infarto aumenta con la edad y de forma significativa en los hombres mayores de 45 años y mujeres mayores de 55 años. Esta diferencia de edad entre hombres y mujeres se debe a la influencia que tienen las hormonas.
  • Factores genéticos. Se debe tener en cuenta si el infarto ha sucedido en hombres menores de 55 años o mujeres menores de 65 años. Si el familiar ha tenido un infarto más mayor, es posible que sea más debido a la edad que a un componente genético.
  • Hipertensión. La tensión arterial alta causa daños en la pared de las arterias, y puede acelerar la aterosclerosis. 
  • Fumar. Incrementa de forma muy significativa el riesgo de padecer un infarto. Es uno de los factores de riesgo más frecuentes y, a la vez, más evitable.
  • Diabetes. El aumento de los niveles de azúcar (glucosa) en sangre se ha relacionado con mayor riesgo de infarto. Es importante tener un buen control del azúcar en sangre, mediante un tratamiento con pastillas o con insulina. 
  • Hipercolesterolemia. Se deben controlar los niveles de grasas que hay en la sangre mediante una analítica. La elevación del colesterol de tipo LDL (colesterol “malo”) o de los triglicéridos, se han relacionado con mayor riesgo de enfermedad coronaria. Sin embargo, el colesterol HDL (colesterol “bueno”), protege frente a un infarto. Una alimentación sana es fundamental.
  • Sedentarismo y obesidad. El sedentarismo se relaciona con mayor índice de obesidad, hipertensión arterial y un peor control de la diabetes y del colesterol. La actividad física continuada aporta muchos beneficios sobre el control de estos factores de riesgo.
  • Estrés o angustia. A largo plazo pueden causar un daño sobre las arterias.
  • Drogas. La cocaína o las anfetaminas, entre otras, pueden alterar el funcionamiento de las arterias y provocar un espasmo. En este caso, la arteria se contrae y no deja pasar la sangre. El consumo de cocaína es una causa frecuente de infarto, especialmente en población joven.
  • Otras enfermedades. La preeclampsia durante el embarazo o la presencia de enfermedades autoinmunes pueden incrementar el riesgo de sufrir un infarto a lo largo de los años.

 

Medidas de prevención para la cardiopatía isquémica

  • Controla tu presión arterial.
  • Mantén tus niveles de colesterol y triglicéridos bajo control.
  • Mantén un peso estable y saludable.
  • Aliméntate con una dieta saludable y limita las grasas saturadas.
  • Haz ejercicio de forma regular.
  • Limita el consumo de alcohol
  • No fumes.
  • Controla el estrés.
  • Asegúrate de dormir lo suficiente.

 



Dr. Luis López - Cardiólogo




Dr. Luis López - Cardiólogo



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